sábado, 4 de mayo de 2013

Las cubiertas II. Las bovédas.

Quedan gran número de restos de bóvedas, a veces quedan fábricas de hormigón, otras veces los arranques.
Las bóvedas romanas, al estar construidas con pequeños materiales, podían adoptar infinitas disposiciones, cubriendo recintos rectangulares, rotondas, exedras o superficies poligonales.
Seguramente las bóvedas no han sido inventadas por los romanos, parece más que son herencia de la cultura griega o etrusca, pero lo que es indudable es que ningún otro pueblo habia intentado anteriormente construir grandes bóvedas con una fabrica de pequeños materiales aglomerados con mortero.

En las bóvedas encontramos dos partes bien diferenciadas, unos arcos de cabeza de rosca de ladrillo, y entre ellos, una fábrica formada por pequeños fragmentos de tufo, o cascotes, aglomerados con mortero. Si observamos más de cerca estas fábricas descubrimos que inmersos de ellas hay unos encadenados de estructura distinta, nervios embebidos. 

 
Bóveda romana con esqueleto de ladrillo embebido en el hormigón. El arte de construir en Roma. Auguste Choisy. Pág.28


La bóveda moderna y la bóveda romana de cantería coinciden en presentar las juntas de dirección convergente, como aparece en la figura 9. Por el contrario, en una bóveda romana de hormigón la orientación  de las juntas es siempre horizontal, figura 10.
Así pues, los romanos, según construyeran en cantería o en hormigón, daban a las juntas una convergencia regular o un riguroso paralelismo.

                                 fig.9. Bóveda de juntas                    fig.10. Bóveda romana de hormigon de
                                         convergentes                              hiladas horizontales  horizontales
                                                                      El arte de construir en Roma. Auguste Choisy. Pág.29


La forma de construir de los romanos exigía siempre de las cimbras. Pero la ejecución se complica a medida que se eleva la bóveda. La parte volada va aumentando su precio sobre las cimbras, y esta carga crece con gran rapidez al aproximarse a la clave.

Por lo tanto las bóvedas de cañón se realizarían con la construcción de unos arcos de ladrillo, con la ayuda de cimbras y de muros perimetrales refozados para aguantar las cargas de la bóveda, estos arcos estarían unidos a través de unos nervios y rellenado con una especie de hormigón, 


Construcción de bóveda romana con esqueleto interno de ladrillo.     El arte de construir en Roma. Auguste Choisy. Pág.33

En la construccion de las armaduras de rosca de ladrillo se emplean normalmente dos tipos de ladrillo: ladrillos cuadrados de dos pies romanos de lado(unos 60 cm) y ladrillos rectangulares de dos pies por medio pie(unos 15 cm).
Con los ladrillos rectangulares se construían arcos que se espaciaban dos pies a ejes, y se ataban dos a dos con los grandes ladrillos cuadrados.
                     Armadura de arcos de ladrillo unidos por hiladas continuas.   El arte de construir en Roma. Auguste Choisy. Pág 40.

A veces los ladrillos cuadrados que arriostran los arcos en vez de formar una hilada continua se contrapean, de manera que un mismo ladrillo abraza los dos arcos que une.
                    Armadura de arcos de ladrillo unidos por hiladas contrapeadas.  El arte de construir en Roma. Auguste Choisy. Pág 41.

Es posible, ya que está variante es rara, que ésta sea por un trabajo negligente.

También se podian hacer bóvedas sobre armaduras porticadas. Tenían las ventaja de cumplir satisfactoriamente su función de soporte con un gasto menor de ladrillos.

Para construir esta nueva armadura se colocaba sobre el forro convexo de las cimbras una capa de grandes ladrillos cuadrados sentados de plano. Los ladrillos, recibidos con yeso o con un mortero de fraguado rápido, formaban una envoltura continua y delgada, especie de embaldosado curvo o tabicado que se adaptaba a la forma del intradós.
                                            Armadura tabicada.  El arte de construir en Roma. Auguste Choisy. Pág 52.

Aunque a veces este tabicado bastaba para formar la armadura de la bóveda, lo normal era doblarlo con otro semejante de ladrillos de menor tamaño sentados sobre un lecho de yeso o mortero. Las dos vueltas así superpuestas formaban sobre la cimbra una especie de cáscara protectora. Pero esta bóveda ligera, no se podía descimbrar inmediatamente tras su terminación, pues corría el riesgo de colapsar.

                                Construcción de una bóveda tabicada doble. El arte de construir en Roma. Auguste Choisy. Pág 53.
                           Deformación de una bóveda semicircular delgaba, por su propio peso. El arte de construir en Roma. Auguste Choisy. Pág 53.



En general, los romanos evitaban la intersección de bóvedas de cañón. Para eludir las intersecciones los romanos simplemente usaban los arranques de las galerías por encima de la clave de la otra. Pero no era de extrañar que la combinación de alturas no pudiese evitar las bóvedas de arista.
Así trataban que las bóvedas de arista siempre fuesen resultado de la intersección de dos cañones iguales y de perfil circular. Para ser más exactos, los romanos no imponían una igualdad rigurosa entre los cañones que se intersecan, podía haber ligeras diferencias que, para no tener que modificar su perfil circular, se absorbian peraltando uno de los cañones de modo que las lineas de sus claves estubieran al mismo nivel. 


Bóveda de arista de cañoes distintos El arte de construir en Roma. Auguste Choisy. Pág 64.




Planta cubierta por bóvedas de arista El arte de construir en Roma. Auguste Choisy. Pág 65.



La cúpula es la bóveda que menos carga sobre las cimbras. Cada rebanada horizontal forma un anillo que atiende a mantenerse en equilibrio por sí solo; por esta razón, una cúpula de planta perfectamente circular precisa más un molde, que permita controlar su curvatura, que un esqueleto resistente. Normalmente este tipo de cúpulas no se usaban en las termas.

Bóveda de horno rematada por un arco de cabeza.  El arte de construir en Roma. Auguste Choisy. Pág 75.

CHOISY, August; Herrera, Juan de, El arte de construir en Roma. Capitulo 1-3. 




1 comentario:

  1. Me parece muy interesante esta entrada, Adrian.
    Gracias por tu aportación. Espero que sirva a tus compañeros.
    Un saludo
    Concepción Rodríguez Moreno

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